¿Sabías que quienes padecen obesidad presentan lo que se conoce como un estado inflamatorio de bajo grado? Todavía no se conoce si dicho estado precede o sucede al aumento de peso, aunque está claro que la relación entre inflamación celular y obesidad existe.
El estado inflamatorio propio de las personas con obesidad pone de manifiesto una vez más que nuestra conducta alimentaria, pensamientos, decisiones y acciones relacionadas con la alimentación.
LA INFLAMACIÓN CELULAR
- Es debida a un organismo acidificado por una alimentación inadecuada, medio ambiente tóxico, estrés o emociones negativas y falta de ejercicio.
- La inflamación no se puede dar en un torrente sanguíneo altamente alcalino. Y la inflamación no puede existir cuando nuestro sistema inmunológico se encuentra saludable.
- Cada vez más nos estamos dando cuenta que la inflamación es el inicio de toda enfermedad, tales como cáncer, enfermedades del corazón, diabetes, artritis, gota, enfermedad renal, y que desempeña un papel muy importante en el robo de nuestra vitalidad, manteniéndonos enfermos, cansados y deprimidos.
Inflamación celular y obesidad
Actualmente la obesidad puede ser definida como un estado inflamatorio crónico de bajo grado dado por:
- Cambios en la microbiota intestinal
- Estrés oxidativo
- Liberación excesiva de factores pro-inflamatorios
- Sobre-activación de macrófagos periféricos
En este sentido, parece que la relación entre inflamación celular y obesidad comienza en el tejido adiposo: los adipocitos hipertrofiados de una persona obesa secretan citoquinas pro-inflamatorias y estas, a su vez, atraen a macrófagos pro-inflamatorios. Todas estas sustancias acaban diseminándose por el organismo.
A ello se suma que la mayoría de los hábitos generadores de obesidad, estrés, comida basura, insomnio, sedentarismo son proinflamatorios junto a las sustancias proinflamatorias asociadas al tejido adiposo de las personas con obesidad, acaban generando un estado inflamatorio generalizado que afecta a la mayor parte del organismo.
De este modo la inflamación generada por el tejido adiposo se ve agravada por la provocada por los factores que lo generan. Es decir que la obesidad tiene dos focos responsables de su estado inflamatorio: el tejido adiposo y los hábitos nocivos que están detrás de él.
Inflamación celular y resistencia a hormonas
- El resultado final es la aparición de resistencia a la insulina (hormona encargada de almacenar grasa) y a la leptina (hormona responsable de la saciedad) Esto se traduce en aumento del apetito, incremento de la grasa corporal y, con ello, aumento de la inflamación celular.
El alimentarse con una dieta altamente alcalina y beber jugos alcalinos realmente ayuda a nuestro sistema inmunológico a mantenerse fuerte por lo que puede, naturalmente, no sólo luchar contra los virus, las infecciones.
Por esta razón, es crucial que mantengamos nuestra ingesta de jugos o ensaladas altamente alcalinos de forma diaria!
Aquí presentamos una lista de 10 de los Alimentos Alcalinos más comunes:
1. Espinacas y hojas verdes en general
2. Pepinos
3. Apio
4. Almendras
5. Limones / Limas
6. Germinados o brotes
7. Espárragos
8. Manzanas
9. Perejil
10. Brócoli
De acuerdo a lo anterior podemos entender que resolver la inflamación celular se hace imprescindible si se quiere hacer un abordaje eficaz de la obesidad.
Omega 3 (EPA)
- La investigación actual demuestra que el ácido eicosapentaenoico (EPA) tiene un gran poder anti-inflamatorio y que, cuando se suplementa en las dosis óptimas, es eficaz contra la inflamación celular.
- Debemos seleccionar suplementos de omega 3 que garanticen su máxima absorción y que no contengan metales pesados como el mercurio.
- En este sentido se podría pensar que su suplementación es prescindible. Sin embargo aunque es cierto que el EPA se encuentra en determinados alimentos, nuestra dieta no puede proporcionarlo en la cantidad suficiente -la principal fuente natural es el pescado azul, que suele consumirse cocinado y el calor oxida el omega 3.
- Dicho efecto térmico podría evitarse recurriendo a alimentos vegetales que, siendo ricos en omega 3, pueden consumirse sin ser sometidos a ningún tratamiento térmico. Es el caso de las nueces y, aunque es cierto que contiene omega 3 (ALA), este no es aprovechable por nuestro organismo.
El papel del ácido butírico en la inflamación celular
- El ácido butírico o ácido butanoico es un ácido monocarboxílico, saturado, de cadena abierta con cuatro átomos de carbono. Se encuentra en algunas grasas en pequeñas cantidades, como la mantequilla. Es un producto final de la fermentación de carbohidratos por los microorganismos del rumen.
- La suplementación con ácido butírico también ha demostrado ser eficaz contra la inflamación celular. A la hora de comprarlo debemos asegurarnos que el producto tenga cubierta entérica dado que solo así el ácido butírico llegará hasta el intestino sin haberse degradado.
- No obstante, en este caso y a diferencia de lo que ocurre con el omega 3, la suplementación no es necesaria. Para obtener ácido butírico de manera natural basta con tener una microbiota intestinal saludable y consumir suficiente cantidad de fibra soluble.
Evitar conductas pro-inflamatorias
Dentro de las conductas que favorecen el estado inflamatorio del que venimos hablando nos encontramos con:
- Insomnio.
- Sedentarismo.
- Estrés.
- Consumo de grasas nocivas: cordero, partes grasa del cerdo y la ternera, vísceras, panaderia industrial.
- Ingesta de azúcar: azúcar de mesa, alimentos procesados.
- Consumo de alimentos de alto índice glucémico: arroz blanco, pasta blanca, harinas, pan blanco.
- Alta exposición a contaminación ambiental.
- Consumo de tóxicos: alcohol, tabaco.
- Uso excesivo de productos químicos: perfumes, desodorantes.
Si queremos combatir la inflamación celular es fundamental aumentar el consumo de anti-oxidantes. Esto se puede realizar a través de alimentos como la fruta, la verdura, los frutos secos y el aceite de oliva virgen extra.
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