Después de los 50, hacer ejercicio aeróbico beneficia la salud de tu cerebro. Así que si ya estás en esa etapa de tu vida y quieres darle una ayuda a tu cerebro para que se mantenga lúcido, asegúrate de incorporar el ejercicio aeróbico a tu rutina.
Hacer crucigramas, jugar Sudoku, Scrabble o ajedrez, seleccionar lecturas que te estimulen intelectualmente o aprender algo nuevo, son excelentes maneras de ejercitar tu cerebro para que no se deteriore algunas de sus funciones como la memoria.
Pero más allá de estas actividades que te hacen pensar, unos investigadores de la Universidad de Texas, en Dallas, Estados Unidos, encontraron que las actividades aeróbicas como correr y montar en bicicleta, también aportan un gran beneficio a la salud del cerebro.
Además de mejorar el estado físico, el ejercicio aeróbico aumenta el flujo de sangre a ciertas áreas específicas del cerebro que están involucradas con las funciones cognitivas, entre ellas, la memoria.
Para llegar a esta conclusión los investigadores estudiaron a unos adultos sedentarios que tenían entre 57 y 75 años. Los dividieron al azar en dos grupos. Un grupo que hizo ejercicio y otro que no. Los del grupo de ejercicio hicieron sesiones supervisadas en la cuales montaron bicicleta estática o corrieron en una cinta durante una hora, tres veces a la semana.
Al cabo de doce semanas, los investigadores evaluaron a los participantes y encontraron que el flujo de sangre de quienes hicieron ejercicio se incrementó en un área del cerebro llamada cingulada anterior, encargada de regular una gran variedad de funciones emotivas y cognitivas y relacionada con la habilidad mental en la vejez.
No cabe duda que este estudio contribuye para confirmar que el ejercicio aeróbico proporciona muchos beneficios relacionados con la memoria y demuestra que hacer ejercicio reduce las consecuencias del deterioro cerebral que se asocia al envejecimiento.
Recuerda que además del ejercicio, una buena forma de cuidar la salud de tu cerebro es alimentándote sanamente. Los alimentos que contienen los ácidos grasos Omega 3 como el atún, el salmón y otros pescados grasos; las nueces de árbol; el aceite de canola; el aceite de linaza; la soya (soja); entre otros, también pueden contribuir a la salud del cerebro.
Además, dormir bien es esencial para mejorar la función cerebral.
PRONAPRESA
"Porque prevenir es mejor que curar"