El insomnio en los niños es un motivo de consulta al pediatra frecuente, a pesar de que se tenga la percepción general de que los pequeños duermen siempre bien y mucho. Se estima que entre un 25 y un 50 % de los menores de 5 años han tenido problemas a la hora de conciliar el sueño durante más de 3 meses.
El sueño es uno de los aspectos más importantes de la vida. Nos permite enfrentarnos a las actividades diarias, pero además, es básico para mantener un estado saludable físico y mental.
El problema es que los hábitos de sueño deben inculcarse desde el primer momento de la vida. El insomnio en los niños tiene numerosas repercusiones en su desarrollo y a lo largo de la vida adulta. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber y cómo los podemos ayudar a mejorar su dormir.
¿En qué consiste el insomnio en niños?
El insomnio en niños, al igual que en adultos, consiste en la dificultad de alcanzar el sueño. También puede componerse de despertares frecuentes durante el transcurso de una noche. De hecho, lo normal es que tengan lugar ambas situaciones.
La medicina define el insomnio como la dificultad para iniciar o mantener el sueño en, al menos, 3 veces por semana, a lo largo de un mes. Es importante destacarlo porque el hecho de no dormir bien una o dos noches no debe considerarse como insomnio.
El sueño se puede ver afectado por muchos factores de la vida diaria. Las causas del insomnio en niños pueden ser ambientales, psicológicas o médicas. Por ejemplo, podría ser reflejo de un conflicto dentro de la familia o un signo de maltrato infantil.
No obstante, casi el 70 % de los casos de insomnio en niños se deben a que los hábitos a la hora de irse a dormir no son los correctos. Como decíamos antes, tener una higiene del sueño adecuada desde el primer momento de la vida es básica para el resto de las etapas.
"El buen hábito del sueño es clave que sea cultivado desde la infancia temprana"
¿Qué otros problemas del sueño existen?
El insomnio en niños es uno de los problemas del sueño más frecuente, pero no es el único. De hecho, con frecuencia tiende a estar asociados a otros. Por ejemplo, es común que el insomnio se relacione con el miedo del niño a dormir solo.
Otra categoría de alteraciones son las parasomnias. Son fenómenos que aparecen durante el sueño, una vez que el niño ya ha conseguido dormirse. Aquí encontramos las pesadillas, los terrores nocturnos, la apnea del sueño y la enuresis, entre otros.
Los terrores nocturnos aparecen en la primera parte del sueño, a las pocas horas de estar dormidos. Consisten en que el niño sufre un miedo intenso e incontrolable. En este momento, el pequeño no controla sus movimientos ni puede recuperar la consciencia.
La principal diferencia con las pesadillas es que los terrores nocturnos no suelen recordarse al despertar. Las pesadillas, por su parte, sí suelen dejar un recuerdo negativo y, además, se producen durante la fase REM del sueño.
La apnea del sueño también es un trastorno que se destaca en la infancia porque asusta a los padres. El niño deja de respirar durante unos 10 segundos mientras duerme. Este trastorno se asocia a otros que vienen a continuación, durante el día, ya que el niño no descansa bien y sufre las consecuencias en sus estudios, por ejemplo.
¿Qué síntomas produce el insomnio en niños?
Muchas veces, detectar el insomnio en los niños puede resultar complejo para los padres y los pediatras. Es importante prestarle atención a la actitud a la hora de ir a la cama, porque es posible que en ese momento se encuentre nervioso o reticente a acostarse.
Además, durante el día es frecuente que el niño parezca cansado o que no esté activo. Durante la noche, el infante tratará de buscar entretenimientos para demorar el momento del sueño como tal. Esto puede ser la solicitud de leer otro cuento o ir al baño con frecuencia.
En ocasiones, solo buscan la compañía de sus padres o de algún familiar adulto. Con las pesadillas sucede algo similar, y se explica por el miedo o terror a la soledad y la oscuridad. En caso de los más pequeños, puede ser que lloren durante horas.
"La creación de hábitos para la higiene del sueño es una de las maneras de prevenir el insomnio en niños"
Cómo evitar el insomnio en niños
El insomnio en niños requiere que los padres creen una serie de hábitos y conductas saludables para solucionarlo. A pesar de que muchos optan por los fármacos como solución al problema, en el caso de los niños no suelen ser de gran ayuda.
Existen una serie de medidas que, según diferentes estudios, ayudan a la creación de una buena higiene del sueño. En primer lugar, se recomienda no dormir junto al niño. Es decir, no estar presentes justo en el momento en el que alcanza el sueño.
De esta manera, se evita que el infante asocie el dormir a una presencia. Además, algunas guías de abordaje recomiendan la extinción gradual. Esto consiste en dejar a los niños en la cama y entrar en la habitación durante la noche. Cada vez debe pasar más tiempo entre una visita y otra.
Lo que debemos tener en cuenta es que es posible consultarlo con un pediatra. El especialista podría hacer recomendaciones específicas para cada caso y ayudarnos a elaborar una rutina de utilidad.
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