El osteosarcoma en los niños es la neoplasia maligna primaria de hueso más común a esa edad. Se trata de tumores óseos primarios, es decir, que se originan en el tejido mismo. Son poco frecuentes, pero a pesar de su rareza representan un peligro latente.
El pico de diagnóstico se sitúa entre los 13 y los 16 años, momento en el que se produce el estirón de la adolescencia. Además, se ha observado mayor presencia en niños que en niñas. Su característica es la producción de hueso inmaduro por las células malignas.
El sitio más común de aparición del osteosarcoma en niños son los huesos largos, en especial en el fémur distal (en el muslo, cerca de la rodilla), la tibia proximal (en la pierna, cerca de la rodilla también) y el húmero proximal (en el brazo, cerca del hombro). La distribución epidemiológica es la siguiente:
- Fémur: 42 % de los diagnósticos de osteosarcoma.
- Tibia: 19 %.
- Húmero: 10 %.
- Cráneo y mandíbula: 8 %.
- Pelvis: 8 %.
Al momento del diagnóstico, se presume que la mayoría de los pacientes tienen enfermedad metastásica, es decir, tumores en otras partes del cuerpo, fuera de los huesos. Estas serían pequeñas, sin síntomas, llamadas micrometástasis. El sitio más común de localización de esta complicación son los pulmones.
Síntomas del osteosarcoma en los niños
La mayoría de los niños con osteosarcoma presentan dolor localizado, de varios meses de duración, que puede estar relacionado con la actividad o el movimiento. Con frecuencia comienza después de una lesión y puede aumentar o disminuir con el transcurso del tiempo. En algunas ocasiones se producen fracturas como primera manifestación.
El hallazgo más importante en la exploración física es una masa de tejido blando que, con frecuencia, es grande y sensible a la palpación. También puede estar caliente.
Las zonas más habituales son las descritas antes, es decir, en el muslo, en la pierna o en el brazo. Pero también pueden aparecer en otros huesos del cuerpo.
De manera infrecuente hay fiebre, pérdida de peso y malestar general. Es importante realizar la consulta oportuna ante cualquier tipo de dolor mencionado, ya sea que se asocie al movimiento o en reposo, incluso si no existió un traumatismo que lo justifique.
La evaluación de laboratorio suele ser normal, excepto la alteración de algunos parámetros como la fosfatasa alcalina, la enzima lactato deshidrogenasa (LDH) y la velocidad de sedimentación globular. En la mayoría de los pacientes se encuentran dentro de rangos normales.
Causas
En los niños, la mayoría de los osteosarcomas son esporádicos. Es decir que la predisposición hereditaria representa una minoría de los pacientes. Por lo que se sabe hasta el momento, este tipo de tumores ocurren en el momento en que los huesos largos se encuentran en una etapa de crecimiento acelerado, pero la causa de fondo aún se desconoce.
Tratamientos para el osteosarcoma en niños
De forma habitual se le realizarán estudios de imagen al paciente que tenga sospecha de osteosarcoma. Estos incluyen una radiografía simple de la zona afectada y una resonancia magnética. Además, se llevará a cabo una biopsia de la lesión ósea, una tomografía de pulmón en busca de metástasis y otras imágenes de todos los huesos.
Con toda esta información, se hará la denominada estratificación del tumor, que permitirá planificar el mejor tratamiento a realizar en el paciente. En líneas generales, la cirugía y la quimioterapia sistémica son los pilares del abordaje para los niños con osteosarcoma no metastásico.
Cirugía
El tratamiento quirúrgico ha evolucionado en las últimas décadas. Su objetivo principal sigue siendo el de lograr la extracción completa del tumor, pero con un énfasis en una cirugía más conservadora para mantener la función del miembro afectado.
Quimioterapia
La quimioterapia se considera un componente estándar del tratamiento del osteosarcoma, tanto en niños como en adultos. Mejora la supervivencia de los pacientes, lo que estaría relacionado con las micrometástasis que mencionamos antes.
Se la utiliza antes y luego de la cirugía. En ocasiones, puede generar efectos no deseados en diferentes órganos, como la vejiga, el hígado y los oídos. Por ello, se realizan monitoreos periódicos.
Radioterapia
En casos muy específicos, se utiliza también la radioterapia asociada al tratamiento, dado que la respuesta del tumor a la misma no es óptima.
Tratamiento para los efectos secundarios
El procedimiento quirúrgico específico a realizar en cada paciente viene dictado por la ubicación del osteosarcoma y la extensión del tumor. Por este motivo, no todos los pacientes serán candidatos para una cirugía más conservadora que permita mantener la funcionalidad del miembro afectado.
La mayoría de los niños con osteosarcoma requerirán procedimientos quirúrgicos reconstructivos para restaurar la integridad estructural en el lugar en el que se extrajo el tumor. Esto es con la finalidad de conservar funcionalidad. En ocasiones, se utilizarán prótesis articulares o injertos.
El osteosarcoma en los niños y su pronóstico
A modo de conclusión, podemos decir que el pronóstico de los niños con diagnóstico de osteosarcoma ha mejorado de manera sustancial y sus posibilidades de llevar una vida normal luego de realizado el tratamiento también.
Una detección temprana y la derivación especializada permitirán la obtención de mejores resultados. Asimismo, el seguimiento a largo plazo es importante, a fin de prevenir complicaciones futuras.
La supervivencia de los pacientes mejoró en los últimos 30 años, en gran parte debido a los avances quimioterapéuticos, dado que se sabe que al momento del diagnóstico muchos pacientes tienen metástasis microscópicas. La quimioterapia se utiliza para erradicar las mismas.
Asimismo, las cirugías que se realizan en la actualidad tienden a ser más conservadoras. Pero por supuesto, debemos aclarar que la elección del tratamiento es de bastante complejidad y se apoya en la estratificación que se realiza.
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