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La constancia es clave para controlar la dermatitis atópica

Dermatitis: Causes, symptoms and prevention

La dermatitis atópica es un trastorno que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es una de las enfermedades de la piel más comunes y puede llegar a afectar hasta a un 20% de la población infantil y al 10% de los adultos. La dermatitis atópica es crónica y pueden producirse crisis en las que los síntomas son más evidentes de forma periódica. Se trata de una patología compleja, donde confluyen factores genéticos, ambientales y de control del sistema inmune.

Síntomas de la dermatitis atópica

Pueden variar mucho de una a otra persona, pero los más comunes son los siguientes:

  • Piel seca.
  • Picazón, que puede ser especialmente grave durante la noche.
  • Manchas de color rojo a marrón grisáceo, especialmente en las manos, los pies, los tobillos, las muñecas, el cuello, la parte superior del pecho, los párpados, la parte interna de los codos y las rodillas. En los bebés también puede darse en el rostro y en el cuero cabelludo.
  • Pequeñas protuberancias o bultos que pueden supurar líquido y formar costras si se rascan.
  • Piel engrosada, agrietada y escamosa.
  • Piel en carne viva, sensible e inflamada.

El problema de la adherencia

El tratamiento de la dermatitis atópica no es sencillo y la falta de adherencia o constancia es uno de los principales problemas para el manejo de esta enfermedad. Tanto es así que hasta un 58% de los adultos y hasta un 50% de la población infantil no siguen adecuadamente los tratamientos. “Esta falta de adherencia es una de las causas más importantes de fracaso y es una de las asignaturas pendientes que tenemos en la medicina. No existe ninguna razón específica por la que un paciente decide no seguir el tratamiento que se le indica y algo debe haber en la comunicación con los médicos que no funciona” explica el Dr. Antonio Torrelo, del Hospital Infantil del Niño Jesús de Madrid, España.

Aunque se trata de un asunto complejo, sin duda en el caso de la dermatitis atópica hay un elemento clave en esta falta de adherencia: la corticofobia. Un 33% de los pacientes a los que se les prescribe corticoesteroides tópicos nunca los usa y solo el 40% logra una adherencia diaria durante cinco días. Y el 75% muestra preocupación, aunque hasta un 48% desconoce cuales pueden ser sus efectos adversos.

“La corticofobia, como todos los miedos irracionales, es inexplicable. Es una resistencia muy extendida, que se expande con facilidad porque el miedo es más fácil de diseminar que la esperanza. Y aunque muchos desconocen los efectos adversos que puedan tener, prefieren evitarlos a pesar de los grandes beneficios que reporta su utilización” explica el Dr. Torrelo, para quien uno de los temas más importantes es el infratratamiento en los primeros años. “Uno tiene más miedo de tratar a un bebé que a un adulto de 50 años y es un grave error. Los niños necesitan el tratamiento más incluso que los adultos. Si fuéramos eficaces tratando a los bebés y niños pequeños, seguramente evitaríamos a muchos pacientes llevar una mala infancia y quien sabe si una mala vida en el futuro”.

Prevenir el desarrollo de la enfermedad

Esta adherencia o constancia para seguir todo el tratamiento resulta fundamental para evitar un desarrollo de la enfermedad hacia estadios más graves. Se sabe todavía poco acerca de que la origina, con diversas teorías, pero sobre lo que existe más consenso es como evitar su evolución. “La aplicación diaria de cremas emolientes desde el nacimiento hasta los 6 meses reduce en un 50% el riesgo de dermatitis atópica. El tratamiento sistemático y consistente de la dermatitis atópica en niños que usan agentes tópicos y antiinflamatorios brinda control a largo plazo de la dermatitis atópica” comenta el Dr. Carle Paul, del Centro Universitario Hospitalario Toulouse de Francia.

En la población adulta este tratamiento continuo también tiene una gran importancia, ya que es una enfermedad que tiene un alto impacto en la calidad de vida. El problema es que se han producido pocos avances desde el año 2002 en su tratamiento, aunque desde el 2017 se ha aprobado el primer medicamento para la dermatitis atópica grave, el dupilumab. “En los adultos, cuando la dermatitis atópica es de moderada a severa, puede considerarse una enfermedad sistémica. Es un nuevo enfoque y ahora se está trabajando en desarrollar nuevos medicamentos sistémicos, que puedan ofrecer un control a largo plazo de la enfermedad” añade el Dr. Carle Paul.

Consejos para prevenir las crisis

Uno de los problemas más comunes para las personas que tienen una dermatitis atópica son las crisis en las que se agudizan sus síntomas. La adherencia a los tratamientos es fundamental para evitar su aparición, pero también hay otras cosas que se pueden hacer para prevenir estos episodios:

  • Humedece la piel al menos dos veces por día. Para eso se pueden usar cremas o lociones que mantengan la humedad. El uso de vaselina en la piel del bebé puede ayudar a prevenir la aparición de dermatitis atópica.
  • Intenta identificar y evitar desencadenantes que empeoren la afectación. El estrés, los jabones o el polen son algunos factores que pueden acabar produciendo una crisis.
  • Toma baños o duchas más cortos. Limita los baños y duchas a 10 o 15 minutos y usa agua tibia en vez de caliente.
  • Usa solo jabones suaves. Los jabones antibacteriales y desodorantes pueden eliminar más aceites naturales y secar la piel.
  • Sécate con cuidado. Después del baño, seca la piel de forma delicada con una toalla suave y aplica una crema humectante con la piel todavía húmeda.
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