Investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, realizaron un nuevo estudio que encontró que el ejercicio aeróbico de alta intensidad puede reducir el riesgo de sufrir un cáncer con metástasis. Todo se trata de la glucosa.
Según los investigadores, el ejercicio de alta intensidad (por ejemplo el HIIT o High Intensity Interval Training) aumenta el consumo de glucosa de los órganos internos, lo que reduce la cantidad que queda a disposición del tumor.
No se puede dudar de los beneficios del ejercicio físico. En estudios anteriores se ha demostrado que su práctica reduce el riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer hasta en un 35%. También tiene un efecto las enfermedades cardíacas y la diabetes.
Para este estudio se combinaron modelos de laboratorio (animales) entrenados bajo un estricto régimen de ejercicio con datos de voluntarios humanos sanos examinados antes y después de correr. Los datos en 3000 humanos indicaron un 72% menos de cáncer metastásico en los participantes que declararon realizar una actividad aeróbica regular de alta intensidad, en comparación con quienes no realizaban ejercicio físico.
El modelo animal mostró un resultado similar, lo que permitió a los investigadores identificar su mecanismo subyacente. Encontraron que la actividad aeróbica reducía e forma importante el desarrollo de tumores metastásicos en los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado de los animales.
Los investigadores explican que cuando una persona hace ejercicio de forma regular, esta condición se vuelve permanente: los tejidos de los órganos internos cambian y se vuelven similares al tejido muscular. “Todos sabemos que el deporte y el ejercicio físico son buenos para nuestra salud. Nuestro estudio, al examinar los órganos internos, descubrió que el ejercicio cambia todo el cuerpo, de modo que el cáncer no puede extenderse, y el tumor primario también reduce su tamaño”.
Es necesario aclarar que en este estudio se alude a la actividad aeróbica de alta intensidad como herramienta de ayuda para prevenir el cáncer, y no es lo mismo que la actividad para quemar grasa, que es más moderada. Los investigadores apuntan que, si para quemar grasa se necesita estar en un intervalo del 65-70% de la frecuencia de pulso máxima, la quema de azúcar requiere situarse en un 80-85%, aunque solo sea durante intervalos breves de tiempo.
El HIIT es un entrenamiento corto, no suele ir más allá de los 30 minutos de duración. Se realiza al alternar ráfagas de ejercicios rápidos e intensos con períodos cortos de recuperación.
Según los investigadores, el ejercicio de alta intensidad (por ejemplo el HIIT o High Intensity Interval Training) aumenta el consumo de glucosa de los órganos internos, lo que reduce la cantidad que queda a disposición del tumor.
No se puede dudar de los beneficios del ejercicio físico. En estudios anteriores se ha demostrado que su práctica reduce el riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer hasta en un 35%. También tiene un efecto las enfermedades cardíacas y la diabetes.
Para este estudio se combinaron modelos de laboratorio (animales) entrenados bajo un estricto régimen de ejercicio con datos de voluntarios humanos sanos examinados antes y después de correr. Los datos en 3000 humanos indicaron un 72% menos de cáncer metastásico en los participantes que declararon realizar una actividad aeróbica regular de alta intensidad, en comparación con quienes no realizaban ejercicio físico.
El modelo animal mostró un resultado similar, lo que permitió a los investigadores identificar su mecanismo subyacente. Encontraron que la actividad aeróbica reducía e forma importante el desarrollo de tumores metastásicos en los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado de los animales.
Los investigadores explican que cuando una persona hace ejercicio de forma regular, esta condición se vuelve permanente: los tejidos de los órganos internos cambian y se vuelven similares al tejido muscular. “Todos sabemos que el deporte y el ejercicio físico son buenos para nuestra salud. Nuestro estudio, al examinar los órganos internos, descubrió que el ejercicio cambia todo el cuerpo, de modo que el cáncer no puede extenderse, y el tumor primario también reduce su tamaño”.
Es necesario aclarar que en este estudio se alude a la actividad aeróbica de alta intensidad como herramienta de ayuda para prevenir el cáncer, y no es lo mismo que la actividad para quemar grasa, que es más moderada. Los investigadores apuntan que, si para quemar grasa se necesita estar en un intervalo del 65-70% de la frecuencia de pulso máxima, la quema de azúcar requiere situarse en un 80-85%, aunque solo sea durante intervalos breves de tiempo.
El HIIT es un entrenamiento corto, no suele ir más allá de los 30 minutos de duración. Se realiza al alternar ráfagas de ejercicios rápidos e intensos con períodos cortos de recuperación.
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