La migraña es una enfermedad complicada. No solo causa un dolor de cabeza insoportable, también puede provocar vértigos, trastornos visuales, conocidos como aura, fotosensibilidad y hasta náuseas y vómitos. Hasta ahora, no se sabe su causa y tampoco tiene cura.
Según la American Migraine Foundation, una organización que investiga este padecimiento, hasta 148 millones de personas en todo el mundo la sufren de manera crónica.
Hace poco, un equipo de investigadores ha encontrado cambios en el cerebro de personas que sufren migraña. Lo que encontraron es que los espacios perivasculares, espacios llenos de líquido que se encuentran alrededor de los vasos sanguíneos del cerebro, son más grandes en las personas que tienen tanto migraña crónica como episódica.
Por el momento no se ha establecido su relación con la migraña ni su papel en ella. El hallazgo podría representar una vía aún sin explorar para futuras investigaciones.
Para realizar este estudio, los científicos seleccionaron a 20 personas de entre 25 y 60 años que tuvieran migraña. De estas 20 personas, 10 sufrían migraña crónica y las otras 10, migraña episódica. También incluyeron cinco pacientes sanos que no tenían migraña como grupo de control.
En los escáneres se vio que los espacios perivasculares de las personas que tenían migraña eran mucho más grandes que los de las que no sufrían la enfermedad.
Los investigadores también constataron una diferencia en la distribución de un tipo de lesión conocida como hiperintensidades de la sustancia blanca en los pacientes con migraña. Las hiperintensidades son provocadas por pequeños parches de tejido muerto por un flujo sanguíneo restringido, y son bastante normales. No se observaron diferencias en la frecuencia de estas lesiones entre personas con migraña y personas sin ella.
Los científicos creen que el agrandamiento de los espacios perivasculares podría conducir al desarrollo futuro de más lesiones en la materia blanca.
Aunque la relación entre los espacios perivasculares agrandados y la migraña no está clara, los resultados sugieren que la migraña viene acompañada de un problema con las tuberías del cerebro: el sistema glinfático, responsable de la eliminación de residuos en el cerebro y el sistema nervioso. Este sistema utiliza canales perivasculares para el transporte. Se necesita trabajar más para explorar esta correlación, pero su sola identificación podría ser algo prometedor.
Según la American Migraine Foundation, una organización que investiga este padecimiento, hasta 148 millones de personas en todo el mundo la sufren de manera crónica.
Hace poco, un equipo de investigadores ha encontrado cambios en el cerebro de personas que sufren migraña. Lo que encontraron es que los espacios perivasculares, espacios llenos de líquido que se encuentran alrededor de los vasos sanguíneos del cerebro, son más grandes en las personas que tienen tanto migraña crónica como episódica.
Por el momento no se ha establecido su relación con la migraña ni su papel en ella. El hallazgo podría representar una vía aún sin explorar para futuras investigaciones.
Para realizar este estudio, los científicos seleccionaron a 20 personas de entre 25 y 60 años que tuvieran migraña. De estas 20 personas, 10 sufrían migraña crónica y las otras 10, migraña episódica. También incluyeron cinco pacientes sanos que no tenían migraña como grupo de control.
En los escáneres se vio que los espacios perivasculares de las personas que tenían migraña eran mucho más grandes que los de las que no sufrían la enfermedad.
Los investigadores también constataron una diferencia en la distribución de un tipo de lesión conocida como hiperintensidades de la sustancia blanca en los pacientes con migraña. Las hiperintensidades son provocadas por pequeños parches de tejido muerto por un flujo sanguíneo restringido, y son bastante normales. No se observaron diferencias en la frecuencia de estas lesiones entre personas con migraña y personas sin ella.
Los científicos creen que el agrandamiento de los espacios perivasculares podría conducir al desarrollo futuro de más lesiones en la materia blanca.
Aunque la relación entre los espacios perivasculares agrandados y la migraña no está clara, los resultados sugieren que la migraña viene acompañada de un problema con las tuberías del cerebro: el sistema glinfático, responsable de la eliminación de residuos en el cerebro y el sistema nervioso. Este sistema utiliza canales perivasculares para el transporte. Se necesita trabajar más para explorar esta correlación, pero su sola identificación podría ser algo prometedor.
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