Todos sabemos que el ser humano contiene seres vivos en el interior de su cuerpo. Microbiota intestinal o virus puntuales, entre otros, son ejemplos de microorganismos que vienen y van, variando sus concentraciones y su presencia en el tiempo en nosotros. Aún así, lo que pocos comprenden es que el hombre podría catalogarse como un superorganismo.
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de superorganismo? Se trata de una estructura compleja suma de todas las minúsculas partículas que lo forman. Vamos a entenderlo mejor a continuación.
¿Qué es un superorganismo?
La palabra superorganismo se utiliza en biología y ecología para resumir una forma de ver la naturaleza de la sociedad. Se aplica normalmente a estructuras generadas por animales, tales como las de algunos insectos.
Por ejemplo, un hormiguero puede considerarse una entidad en si misma, pues tiene algunos elementos propios como los siguientes:
- Una temperatura regulada de forma común.
- Esqueleto: túneles y estructuras generadas.
- Un análogo a un sistema nervioso central: cada una de las señales enviadas por las hormigas.
En este caso, los seres vivos que habitan el hormiguero y el espacio físico que ocupan formarían el superorganismo en cuestión. Este término puede ser difuso, pero se comprende bien con ejemplos de la naturaleza. Aún así, la cosa se complica cuando tratamos de aplicar la definición al ser humano.
¿Somos la suma de todas nuestras partes?
Para abordar esta idea compleja vamos a basarnos en un estudio publicado en la revista Medical Hypotheses. En este artículo de revisión se recogen diversas ideas esenciales para conocer los distintos componentes de la tierra:
- Las bacterias suponen más del 50 % de la biomasa total del planeta.
- Los seres humanos difícilmente llegamos a constituir el 0,1 %.
Causa vértigo imaginar el número de bacterias que tiene que haber repartidas por el globo terráqueo para generar tanta materia, ¿verdad? Pues los datos se vuelven más increíbles cuando cuantificamos la presencia de microorganismos en el cuerpo humano:
- Según una entrevista de la BBC a Ed Yong, el autor del libro «Yo contengo multitudes», tenemos alrededor de 39 millones de bacterias almacenadas en nuestro cuerpo. Esto equivaldría a uno o dos kilos de nuestro peso total.
- Las poblaciones microbianas que nos acompañan, tanto internas como externas, suman 10 veces más células que las que forman nuestro propio sistema corporal.
- Estas cifras son, cuanto menos, impresionantes, pero vamos a ver la importancia de las bacterias con un caso concreto a continuación.
Las bacterias y nuestro sistema gastrointestinal
- El ejemplo más claro de que los seres humanos somos un superorganismo formado por miles de millones de bacterias que realizan distintos trabajos se ve de forma perfecta si nos fijamos en el intestino.
- El intestino delgado del ser humano se considera el ecosistema microbiano más poblado. Suma más bacterias totales que las presentes en todo el resto de nuestro cuerpo. Esto hace de nuestro sistema gastrointestinal un órgano virtual que no se ve frenado por sus propios límites fisiológicos:
- Las bacterias intestinales permiten una asimilación de alimentos más efectiva ya que maximizan la energía que obtenemos de ellos.
- Son capaces de sintetizar vitaminas esenciales que por nosotros mismos no podríamos generar.
- Degradan complejos polisacáridos derivados de plantas.
- Esta idea por sí misma nos hace darnos cuenta de que somos, en parte, la suma de los seres vivos que habitan dentro de nosotros. Algo tan básico como la alimentación tal y la conocemos a día de hoy no sería posible sin nuestras poblaciones microbianas.
Superorgansimo: cuestión de genes
- Así pues, el ser humano no contiene únicamente su propio genoma heredado de sus padres. También forma parte de nosotros el ADN de cada uno de los microorganismos que conviven con nosotros. Bajo esta afirmación se genera el desafío propuesto por una rama reciente de la ciencia denominada metagenómica.
- Esta disciplina se encarga de identificar, comprender y secuenciar genéticamente las bacterias que habitan en nuestro cuerpo y nos permiten realizar funciones tan importantes. Es esencial obtener información acerca de estos seres vivos que nos acompañan para entendernos a nosotros mismos.
- Así pues, como hemos visto, el ser humano podría ser considerado como un superorganismo. Somos la suma de nuestras estructuras físicas e identidad, pero también tenemos que tener presente que sin las poblaciones microbianas que habitan en nosotros, la vida no sería posible tal y como la conocemos.
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