Estimula el sistema inmunitario
El baño frío puede ayudar a fortalecer el sistema inmunitario, al estimular la producción de glóbulos blancos, que son células de defensa, aumentando la protección del organismo contra enfermedades como la gripe o el resfriado, por ejemplo.
Un estudio científico realizado en Holanda, mostró que las personas que toman baño frío en la mañana, presentaron menos síntomas graves de gripe, que las personas que toman baño normal, además de sentir más energía, también ayuda a recuperarse de la enfermedad de una forma más fácil.
Aumenta la disposición y el estado de alerta
El baño frío aumenta la disposición, el estado de alerta y la sensación de bienestar porque mejora la circulación sanguínea, aumentando la demanda de oxígeno del cuerpo, lo que acaba por disminuir el cansancio. De esta forma, tomar un baño frío luego de despertar puede ayudar a que se tenga más motivación para realizar las tareas diarias.
Mejora la circulación sanguínea
El baño frío ayuda a mejorar la circulación porque cuando el agua fría entra en contacto con la piel, hace que los vasos sanguíneos de la superficie del cuerpo se contraigan, originando un aumento de la circulación sanguínea dentro del cuerpo en un intento de mantener la temperatura corporal.
Además de hacer que la circulación sanguínea sea más eficiente, el baño frío reduce la producción de sustancias inflamatorias y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, como la presión alta, por ejemplo.
Sin embargo, si existe antecedente familiar de enfermedades cardiovasculares o si presenta alguna alteración en el corazón, es importante acudir al cardiólogo con regularidad y realizar el tratamiento según la orientación médica, ya que el baño frío no sustituye el tratamiento indicado por el médico.
Disminuye los dolores musculares
El baño frío favorece la contracción de los vasos sanguíneos, reduciendo los dolores musculares y ayudando a la recuperación del músculo después de la actividad física intensa. Algunos estudios realizados han demostrado que el baño frío es capaz de reducir los síntomas de inflamación y prevenir la fatiga muscular.
Además, el hecho de que se produzca contracción de los vasos sanguíneos, ayuda a reducir cualquier inflamación que presente la persona y que cause dolor. A pesar de esto, el baño frío por sí solo no es suficiente para tratar dolores musculares o inflamaciones, siendo importante que la persona siga el tratamiento indicado por el médico.
Cuida de la salud de la piel
El baño frío ayuda a mantener la salud de la piel, pues no elimina los aceites naturales y no reseca la piel como es más común de ocurrir con el baño caliente, además de cerrar temporalmente los poros, lo que reduce la entrada de contaminación en la piel, y mejora la firmeza.
Además, el agua fría promueve la contracción de los vasos sanguíneos, combate el enrojecimiento y la comezón de la piel, lo que puede ser útil para aliviar problemas como la urticaria o el eczema, por ejemplo.
Acelera el metabolismo
Tomar baño frío puede ayudar a acelerar el metabolismo, porque cuando el cuerpo entra en contacto con el agua fría, gasta más energía para mantenerse caliente, lo que aumenta la quema de calorías.
Además el baño frío estimula la producción de grasa marrón, un tipo específico de tejido adiposo, que genera energía al quemar calorías, lo que puede ayudar incluso a más personas que deseen perder peso.
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