La radiación solar sin una adecuada protección puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Especialmente los rayos ultravioleta pueden causar quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, debilitamiento del sistema inmunitario e incluso llegar a producir cáncer de piel. Por ese motivo, aunque también el sol tiene efectos beneficiosos como ayudar a la producción de vitamina D, los expertos en dermatología no se cansan de repetir la importancia de una adecuada protección.
Cuando vamos a la playa o vamos a exponernos al sol de forma consciente tenemos muy clara esta necesidad de protección. Sin embargo, hay otras actividades en la que también nos vemos expuestos y en las que no tenemos tan presente esta necesidad, como por ejemplo la práctica de deportes al aire libre.
“Varios estudios, realizados por dermatólogos del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz y miembros de la Academia Española de Dermatología y Venereología, muestran que todavía hay poca conciencia de los daños que puede sufrir la piel del deportista por esta exposición solar”, explica Teresa Bonnin, farmacéutica comunitaria miembro del grupo de Dermatología de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC).
Bonnin apunta como por ejemplo uno de estos estudios realizado con regatistas comprobó que su media de entrenamiento es de entre tres y cuatro horas diarias. “Más del 70 por ciento de ellos sufrieron quemaduras solares y sin embargo más del 88 por ciento nunca había visto un dermatólogo en su vida”. Otro estudio, esta vez hecho con surfistas, arrojó similares datos. En esta ocasión hasta el 70 por ciento se había quemado mientras que el 83 por ciento nunca iba al dermatólogo.
Un campo muy innovador
La principal herramienta que tenemos para protegernos de los efectos perniciosos del sol cuando estamos realizando cualquier deporte al aire libre son las cremas fotoprotectoras. Este es un sector muy dinámico e innovador, que continuamente está presentando nuevas fórmulas buscando ocupar nichos de mercado. Por eso, cada vez hay productos que ofrecen soluciones más adaptadas a la práctica de cada deporte.
Muchas marcas disponen de productos sport, pensados precisamente para la gente que practica deporte. ¿Pero cómo escoger el producto más adecuado en esta amplia oferta? “Un deportista debe tener en cuenta principalmente dos factores. El primero y más importante es que tenga un alto factor de protección solar frente a UVA y UVB, ya que la exposición suele ser prolongada. El segundo es que el fotoprotector sea resistente al sudor para que dure más tiempo la protección”, expone Carla Ferrándiz, adjunta del servicio de Dermatología del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona y miembro de la Sociedad Catalana de Dermatología.
A parte de estas consideraciones, también hay que tener en cuenta para que parte del cuerpo se va a utilizar el protector solar, tal y como explica Maria Luisa Bertomeu, vocal de Dermofarmacia del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF).
“Hay algunos que están formulados de tal forma que la base externa es acuosa y dentro es como una micela que tiene la protección solar. De esta forma aunque el deportista corra, sude y le entre en los ojos el protector, este no le picará. Este tipo de formulaciones van muy bien para utilizar en la cara. Para otras partes del cuerpo los hay que tienen un poco de alcohol, que hace que te refresque al ponértelo, no reseca la piel por el tipo de formulación que tienen y se absorben muy rápidamente”.
Teniendo en cuenta el tipo de deporte que se practique, es interesante buscar protectores con alguna característica concreta que lo haga más adecuado. “En el caso de deportes como la natación, han de ser waterproof, es decir, resistentes al agua, aunque no debemos olvidar que ningún protector solar consigue una resistencia al agua del cien por cien y que la eficacia del producto va disminuyendo por el frotamiento, sudoración, aplicación no homogénea… En ciclismo el protector ideal ha de ser sweatproof, que indica la resistencia al sudor, rubproof, que indica la resistencia al roce y por supuesto safe-eyes, que no pique a los ojos”, enumera Teresa Bonnin.
Maria Luisa Bertomeu, explica además que es interesante para ciertas prácticas deportivas emplear productos de rápida absorción. “Para aquellos que hacen barranquismo, que suele practicarse en alta montaña, han sacado algunas nuevas texturas que se absorben muy bien y no tienes sensación de manos sudadas. Esto puede ser también interesante también para practicar ciclismo, por ejemplo, para que no sude el manillar”.
¿Cómo he de usar estos productos?
Los expertos coinciden todos en señalar la importancia de aplicar el producto al menos media hora antes de empezar el entrenamiento o la práctica deportiva. “Hay que tener muy en cuenta también el fototipo o tipo de piel de cada persona para saber cuando es necesario volver a aplicar otra vez el producto. Si alguien es de piel clara, por ejemplo, debería ponerse cada hora y media o cada dos horas el protector. Lo que nunca se debe hacer es pensar que por utilizar un factor de protección muy alto ya no es necesario reponer el producto. Hay que pensar que el sudor y el rozamiento de la práctica deportiva van haciendo que este se vaya perdiendo”, apunta Maria Luisa Bertomeu.
También apuntan los expertos que lo más adecuado en la práctica deportiva es utilizar aquellos productos con un nivel de protección solar más elevado, como continúa explicando Bertomeu. “Usar siempre la protección más alta posible. La textura que a ti más te guste, pero siempre con alta protección. Cuanto más alta, más proteges tu piel que no hay que olvidar que tiene memoria”.
En el caso de no utilizar de forma adecuada la protección solar, el riesgo más evidente que se corre es el de una quemadura solar. “Esto no solo tiene consecuencias a corto plazo por el dolor o incluso la cicatrización posterior que podría dejar machas, sino que además las quemaduras solares son un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de cáncer de piel en el futuro. Otros riesgos incluyen la irritación ocular por el contacto con un fotoprotector no adecuado”, comenta Carla Ferrándiz.
Algunas consideraciones extra
Además es importante tener en cuenta que algunas cuestiones pueden hacer que sea más importante incrementar la protección solar. “Cuando hay una lesión y se están tomando antiinflamatorios, hay que tener más cuidado porque nos hacen más sensibles al sol y eso no lo sabe mucha gente. Las chicas jóvenes que toman anticonceptivos también deben tener más cuidado, porque también son más sensibles al sol y se pueden llegar a producir manchas en la piel”, añade Maria Luisa Bertomeu.
Teresa Bonnin apunta también otras cuestiones. “Algunas lesiones previas producidas por el sol o alteraciones dermatológicas como la rosácea, el vitíligo o el lupus también deberían ser tenidas en cuenta a la hora escoger una protección solar por parte del deportista”. La experta también señala cómo las condiciones de exposición solar también pueden condicionar el uso de estos protectores.
“Las nubes o la humedad absorben parcialmente las radiaciones. También el entorno es importante tenerlo en cuenta. Hay superficies que reflejan la luz incidente, como la nieve que lo hace en un 85 por ciento o la arena seca en un 20 por ciento. Otras superficies en cambio lo hacen menos, como el agua en un 5 por ciento, la hierba en un 3 por ciento o el asfalto en 2 por ciento”.
“En general recomendamos practicar deporte a primera hora de la mañana o última de la tarde, cuando la intensidad de la radiación solar es menor”, apunta también Carla Ferrándiz, quien prosigue explicando como la radiación solar también es más intensa cuando nos encontramos a mayor altitud. “Por tanto, en la montaña la protección también debe ser más intensa. Y en deportes de alta intensidad con gran sudoración, debe repetirse la aplicación con mayor frecuencia”.
Muchas veces a la hora de practicar deporte se emplean ropas especialmente ligeras y que favorezcan la transpiración. “También debería ponerse protección solar debajo de la ropa deportiva, a no ser que esta sea especial para el sol, en la que se supone que no penetra tanto el sol”, explica Bertomeu.
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