La vitamina D, conocida por ser aquella que proviene de la exposición al sol, es uno de los nutrientes esenciales para que el cuerpo obtenga energía y, por lo tanto, un óptimo funcionamiento, ya que ayuda a procesar los beneficios presentes en algunos alimentos.
Es tal su importancia, que contribuye a la captación de calcio en nuestros huesos e incluso, regula la absorción y excreción de calcio y fósforo en nuestro organismo. Además, esta vitamina estimula la asimilación de las proteínas en el intestino tras su consumo desde la misma dieta.
¿Cuáles son los riesgos de déficit de vitamina D?
Según Millaray Leiva, nutricionista de Clínica RedSalud Valparaíso, “actualmente las deficiencias de Vitamina D se asocian fuertemente con el desarrollo de osteopenia, osteoporosis, algunos tipos de cánceres, hiperplasia de la paratiroides, diabetes tipo 1 y enfermedades cardiovasculares".
Además, "en niños, el déficit de Vitamina D produce raquitismo, crecimiento óseo defectuoso" añade. Con esto último se refiere a una deformación en los huesos de las piernas, la cual hace que estas estén "dobladas".
¿Cuáles son los síntomas asociados con su déficit?
Algunos de los síntomas más comunes son:
- Espasmos musculares: estos cuadros se pueden presentar en la mayor parte del cuerpo.
- Hiperplasia de la glándula paratiroides: esta condición se puede apreciar de manera visual, ya que aumenta el volumen del cuello (cerca de la "nuez de Adán”), más conocido como bocio.
- Cabe destacar que, en pacientes con enfermedades renales, es común el déficit de vitamina D, por la falta de una enzima renal (hidroxilasa renal), que es primordial para regular el funcionamiento de nuestros riñones.
- También, los medicamentos que presentan corticoides, como la prednisona, interfieren con la absorción de vitamina D, por lo que es importante consumir alimentos y suplementos alejados de estos fármacos.
¿Dónde podemos obtener esta vitamina? Existen dos maneras de obtener la vitamina D:
- Por la acción de la luz solar o radiación ultravioleta (UV) en contacto con la piel.
- Por el consumo de algunos alimentos que presentan cantidades significativas de vitamina D. Entre ellos podemos mencionar la leche y sus derivados, el huevo, el salmón, las sardinas, el hígado y los alimentos fortificados desde la industria alimentaria.
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