Los investigadores querían saber si determinadas casuísticas relacionadas con espacios verdes y azules (masas de agua) podían asociarse por separado con el consumo de determinados fármacos. Estas casuísticas eran la cantidad de espacios verdes y azules residenciales, la frecuencia con que se visitaban los espacios verdes y si desde la propia residencia se podían ver espacios verdes y azules.
El estudio se ha publicado en Occupational & Environmental Medicine y es de tipo observacional. Los participantes se seleccionaron de manera aleatoria de la Encuesta de Salud Ambiental de la Región Capital de Helsinki en 2015-2016. Residían en Helsinki, Espoo y Vantaa.
Los científicos realizaron una encuesta en la que se preguntaba a los participantes la frecuencia con la que pasaban tiempo o hacían deporte en espacios verdes entre los meses de mayo y septiembre y si desde su casa podían ver espacios verdes y azules. También se les pidió información sobre el consumo de los fármacos comentados anteriormente, si los habían tomado en la última semana, hace más de un año o nunca.
En el estudio se contemplaron factores que podrían influir en los resultados como los hábitos de salud, la contaminación atmosférica y acústica exterior, los ingresos familiares y el nivel educativo.
Finalmente se usaron los datos de unos 6.000 participantes que fueron los que facilitaron toda la información requerida.
En cuanto a la consideración de zona verde y zona azul, se definieron como zonas verdes los bosques, jardines, parques, parques de castillos, cementerios, zoos y grupo de vegetación herbácea como las praderas naturales, los páramos y los humedales. Los mares, lagos y ríos se consideraron zonas azules.
Lo que concluyeron los científicos fue que ni la cantidad de espacios verdes y azules residenciales ni las vistas que se tenían de ellos desde la casa se asociaban con un consumo mayor o menor de los medicamentos recetados para la salud mental, el asma, la hipertensión o el insomnio. Para lo que sí parecía existir una asociación era, en cambio, para la frecuencia de visita de espacios verdes.
En comparación con menos de una visita semanal, las visitas 3-4 veces por semana se asociaron con un 33 % menos de probabilidades de consumir medicamentos para la salud mental, un 36 % menos de probabilidades de tomar fármacos para la presión arterial y un 26 % menos de probabilidades de consumir medicamentos para el asma.
Las cifras equivalentes para las visitas de al menos 5 veces a la semana eran, respectivamente, un 22 %, un 41 % y un 24 % más bajas.
Las asociaciones se debilitaron cuando se contempló el índice de masa corporal (IMC). Esto sucedió principalmente con los fármacos para tratar el asma, pues la obesidad es un factor de riesgo de esta patología.
Los investigadores también observaron que los participantes que declararon tener unos ingresos familiares más bajos (de menos de 30.000 euros al año) experimentaron mayores efectos positivos al visitar espacios verdes. Sin embargo y de manera general, las asociaciones halladas no dependían de los ingresos familiares ni del nivel educativo.
Como hemos comentado, este es un estudio observacional por lo que no se puede establecer una causa-efecto.
"Es probable que la creciente evidencia científica que respalda los beneficios para la salud de la exposición a la naturaleza aumente la oferta de espacios verdes de alta calidad en los entornos urbanos y promueva su uso activo. Esta podría ser una forma de mejorar la salud y el bienestar en las ciudades", escriben los investigadores.
PRONAPRESA"Porque prevenir es mejor que curar"Visita nuestra tienda en línea https://pronapresa.com y encuentra los mejores Suplementos Alimenticios, Equipos para Spa y Aparatología para tu hogar o negocio a los mejores precios ¡Compruébalo