Al igual que todo el material genético, el gen BRCA-1 y BRCA-2 puede sufrir una serie de mutaciones o alteraciones, de tal forma que cambia su estructura y queda inactivo. Cuando esto ocurre, ya no codifican para la síntesis de la proteína encargada de reparar el ADN.
Como resultado de esto, las células tienen más probabilidad de presentar alteraciones genéticas adicionales que pueden resultar en cáncer. En concreto, las mutaciones de estos genes suponen un aumento del riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario.
El cáncer de mama triple negativo es un tipo de neoplasia mamaria que no tienen ninguno de los receptores que por lo general se encuentran en esta enfermedad. Por lo tanto, ni los receptores de progesterona, ni los de estrógeno, ni el HER-2 se encuentran sobre expresados. Este tipo de cáncer es hoy en día uno de los que presenta peor pronóstico, ya que el arsenal terapéutico se reduce, principalmente, a la quimioterapia.
El cáncer de mama triple negativo representa aproximadamente un 12-17% del total de los casos de cáncer de mama. Se caracteriza por una elevada tasa de proliferación y una elevada capacidad para generar metástasis. Es por ello, y por la dificultad para tratarlo, por lo que presenta un peor pronóstico.
Uno de los sucesos moleculares más frecuentes en estos tumores es la alteración de la función de la proteína BRCA. Entre las pacientes con cáncer de mama con mutación BRCA-1 hereditaria, más de un 80% presenta cáncer de mama triple negativo. Además, se estima que alrededor de un 15% de las pacientes con cáncer de ovario y un 5% de los pacientes que padecen cáncer de mama, páncreas o próstata, tienen mutaciones en el gen BRCA-1 o BRCA-2 hereditarias.
Tratamiento del cáncer triple negativo con mutación en los genes BRCA-1 y BRCA-2
En diciembre de 2014 se aprobaron las solicitudes de autorización para la comercialización de olaparib en monoterapiapara el tratamiento de cáncer de ovario avanzado con mutación en estos genes. A partir de estos resultados se analizó la eficacia de este medicamento para el tratamiento del cáncer de mama avanzado en pacientes previamente tratadas que presentaban mutaciones en el gen BRCA-1 y BRCA-2.
Al aplicar la dosis máxima tolerada de olaparib, que es 400 miligramos cada 12 horas en cápsulas, se observó una tasa de respuestas objetivas en las pacientes con cáncer de mama triple negativo que fue del 54%. Estos significa que 7 de cada 13 pacientes tuvieron una buena reacción.
Otras alteraciones que afectan a la proteína BRCA
Además de las mutaciones de los genes comentados, existen otras alteraciones que pueden ser responsables de la función anómala de la proteína BRCA. Una de ellas es la metilación de estos genes, lo que quiere decir que se añade un grupo químico metilo (CH3-) al promotor de estos genes.
El promotor de un gen es la región del ADN que controla la iniciación de la transcripción de una determinada porción. En términos más claros, es la parte del ADN que ordena la producción de un tipo de proteína a través del ARN.
Por lo tanto, al estar estos genes metilados, no pueden sintetizar tampoco la proteína encargada de suprimir el crecimiento tumoral. La metilación del promotor del gen BRCA-1 y BRCA-2 se ha visto en varias neoplasias:
- 5-20% en cáncer de ovario
- 50% en cáncer gástrico
- 29-59% en cáncer de mama
Conclusión
Los genes BRCA-1 y BRCA-2 juegan un papel importante en la oncología mamaria. Un alto porcentaje de las pacientes con cáncer de mama que tienen alteraciones en estos genes, bien sean mutaciones o metilaciones, padecen la forma triple negativa. Sus pronósticos son peores y los tratamientos disponibles aún limitados.
Es fundamental seguir investigando en esta área para poder desarrollar nuevas opciones terapéuticas y seguir avanzando en la lucha contra esta enfermedad. El aspecto genético del cáncer de mama es un área todavía con mucha esperanza por delante.
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